(Lucas 9,7: El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: «Es Juan, que ha resucitado»)
Herodes está intranquilo,
tan inquieto que se nota;
pues a todos interroga
lo que de Jesús han dicho:
¿Quién es este campesino
de quien oigo tantas cosas,
que a todos alborota
y que habla de un camino?
¿Será Elías aparecido
o Juan fuera de la fosa?
¿Cómo es que un extraño osa
no decirme a lo que vino?
Para verlo me desvivo,
¿busca fama? ¿cuánto cobra?
Todas las preguntas sobran
si realmente él es divino;
¡mejor veré si me avivo;
no me gusta esta zozobra!