Gracias por llamarme

(Lucas 9,1: Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades)
Gracias por llamarme,
me quieres a tu disposición,
para servirte y ayudarte,
Señor, en tu misión.

Siendo esa mi obligación,
como bautizado que soy;
te pido ser, por favor,
instrumento tuyo, desde hoy.

Amén.