Te bendigo Padre

(Mateo 11,25: En esa oportunidad, Jesús dijo: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños)
Yo también te bendigo Padre,
por haber enviado a tu Hijo
como hombre humilde y sencillo
que no presumió de ser grande.

Hablando en el mismo lenguaje,
el Cristo, de origen divino,
a los desviados del camino
se les acercó como iguales.

De hoy, soy de los miserables,
aquellos los muy pequeñitos,
a quienes Él ha prometido
que les revelaría a su Padre.