¡Gravísimo error!

(Mateo 11,20: Entonces Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido)
No haber creído, ¡gravísimo error!
peor aún los que hoy no creen tampoco,
como si lo que has hecho fuera poco:
encarnación, muerte y resurrección.

Imposible es no llamarte Señor;
ante tu grandeza me sobrecojo,
pues todo lo que hoy observan mis ojos
son manifestación de tu amor.

Por las Corozaín de hoy, oración;
por las Betsaidas actuales mis votos;
por quienes en Ti no creen, hoy te imploro
para lograr en ellos conversión.

Amén.