Tuerto y manco

(Mateo 5,29: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena)
No, Señor, ¿perder el Cielo?
por nada del mundo quiero;
si es por la vista o el tacto,
a ti yo voy tuerto y manco.