Como aquel soplo de Pentecostés

(Juan 20,22: Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo)
Con aquel soplo de Pentecostés,
renueva, Espíritu, hoy mi interior;
tu oxígeno de aire renovador
alivie todo cansancio y estrés.

Ven y ventea borrando mi ayer,
que caigan las hojas de perdición;
y nunca te vayas, de Dios, ¡oh don!
que me das vida renovando el ser.

Amén.