Un panadero especial

(Juan 6,27: Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre)
Un panadero especial que es este:
muy dedicado a sus alimentos
de los que muy bien conoce el proceso
y de sus cualidades es consciente.

Su escaparate tiene dos especies
de los productos que hoy está ofreciendo;
de uno de ellos sólo el sabor es bueno;
en cuanto al otro, todo es excelente.

El primero es rico, pero perece,
pues tiene su fecha de vencimiento;
que puede servirnos como sustento
pero su tiempo de validez vence;

a éste lo buscan muy fervientemente
cuando lo multiplica para hambrientos,
aunque, diríamos, es breve el tiempo
que quita el hambre cuando se le ingiere.

El segundo está hecho especialmente
con material divino, todo etéreo;
parece pan, pero realmente es cuerpo
del panadero que salvó a la gente;

al alcance para el que se convierte,
completamente gratis; ningún precio
y siempre oferta: ¡vida eterna en premio!,
pues quien lo come no muere por siempre.