(Juan 10,11 Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas)
Me conoces, buen Pastor,
pues me oyes aunque no hable;
pese a que el sufrimiento calle
y finja una alegre voz;
pastoreas el corazón
conociendo al detalle,
dichas y calamidades,
si hay acierto o frustración.
Sordo soy a otra voz,
que no sea tuya, que llame;
con eso evito me engañe
el lobo o un mal pastor.