Al escucharte

(Juan 3,36: El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él)
Al escucharte, yo oigo a tu Padre,
porque suya, Señor, es tu Palabra;
del Absoluto, ¡divina su habla!;
¡Verbo de Dios que del cielo bajaste!

Lejos de mí sea ese desastre
al que conducen ciertas voces malas,
porque para abrir, del cielo, la entrada,
son tus sentencias que tienen la llave.

Amén.