(Juan 13,21: Después de decir esto, Jesús se estremeció y manifestó claramente: Les aseguro que uno de ustedes me entregará)
el infiel se va de tu lado,
no le ha agradado tu mesiado;
opta ser abominación.
No le atrae eso del amor
que tantas veces has contado;
tampoco aquello tan extraño
del perdón para el ofensor.
Te deja sin decir adiós,
no hay mirada, tampoco abrazo,
está en él mismo el rechazo
y deslealtad al Hijo de Dios.
Ahora la gloria, con loor,
para el Cordero inmolado,
por nosotros sacrificado,
el Padre la da en su honor.