(Lucas 16,19-20: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro)
La caridad con el que no tiene
debe ser tema de reflexión,
pues motivo es de preocupación
la gran desigualdad existente.
Hay quien se come todo un banquete,
atiborrándose el barrigón;
otro, en su panza, tiene vapor,
y en el bolsillo sólo un boquete.
No sólo es un asunto del vientre,
sobre todo lo es del corazón;
pero en una rara relación:
el vientre lleno, amor no siente.
Es dichoso aquel que se conduele
del pobre y le tiene compasión;
su limosna será en oblación
para aquel nacido en el pesebre.
Amén.