(Marcos 5,6-7: Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante Él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes»)
Señor, quiero tener que ver contigo,
sólo así puedo vencer esa legión;
y como me combate sin compasión,
te pido me protejas, buen amigo.
Sólo contigo puedo estar tranquilo:
todos los males salen, ya no hay temor;
sosiego y paz me inundan, y siento amor;
otro ser soy, seguir así, te pido.
A todos diré qué hiciste conmigo:
limpieza completa de mi corazón;
y del Evangelio de la salvación,
permíteme, Señor, ser tu testigo.
Jesús, Hijo de Dios el Altísimo:
¡para siempre yo quiero estar contigo!
Amén.
Amén.