(Lucas 1,28: ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo)
fue una etapa de un proyecto
en que pasaba el Arquitecto
del diseño a la ejecución.
Detalles de organización
cuidadosamente dispuestos,
uno tras otro, los aprestos;
sin fallas, planificación.
El material de construcción
no podía tener defecto,
pues tenía que ser perfecto
para albergar la Perfección.
Llegada la realización,
el resultado fue intachable:
Madre pura e impecable
de quien traería salvación.