Guardan a un señor preso con preceptos
rigurosas los guardas diligentes;
mas en el pan le esconden los parientes
un papel y le avisan los secretos.
Tal guardan los sentidos indiscretos,
examinando cosas diferentes;
mas, escondido Dios en acidentes,
avisa al alma presa sus conceptos.
Bien que a Cristo no vemos ni sentimos,
mas la fe certifica con su sello
que en Pan se pasa al alma por la boca.
Creer manda otras cosas que no vemos,
y aquí creer nos mandó contra aquello
que ven los ojos y la lengua toca.