Jesús muere en la cruz

(De "Oraciones Para rezar por la calle" por Michel Quoist)

... Se anonadó tomando la forma de siervo y haciéndose semejante a los hombres; y en la condición de hombre se humilló, hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz (Filip 2,7-8).

...Nosotros debemos dar nuestra vida por nuestros hermanos (1 Jn 3,16).

Todavía unas horas,
todavía unos minutos,
todavía unos instantes.
Hace ya treinta y tres años que dura esto,
treinta y tres años que viene viviendo seriamente minuto a minuto.

Pero ahora ya no puedes seguirte escapando, ahora estás aquí, volcado hacia el fin de tu vida, hacia el final de tu camino.

Hete aquí, ya en las últimas, acorralado frente al vacío.

Ea, hay que dar el paso,
hay que dar el paso de la entrega,
el último paso de la vida que desemboca en la muerte.

¡Y dudas!
Tres horas, tres horas de agonía, son largas.
Más largas que tres años de vida,
más largas que treinta años de vida.

Tienes que decidirte, Señor, todo está preparado, externamente al menos.

Tú estás ahí, inmóvil en tu Cruz,
has logrado morir ya a todo lo que no fuera abrazar
estos palos cruzados para los que has nacido.

Pero aún circula la vida por tu Cuerpo clavado.
¡Vamos: muere, pues, carne mortal, y brote ya tu eternidad en Ti!

Ahora ya la vida se escapa, abandonando uno a uno los miembros,
y se refugia acorralada por la muerte en este corazón que todavía palpita.
Corazón inmenso
Corazón desbordante
Corazón pesado como un mundo, el mundo de pecados y miserias que lleva encima.

Señor, un esfuerzo más.
Mira la humanidad que, sin saberlo, espera el grito de su Salvador.
Tus hermanos están ahí, te necesitan.
Tu Padre se inclina y extiende ya sus brazos.
Señor, sálvanos.
¡Sálvanos!

Mirad: Él ha cogido en sus manos lo poco que le quedaba de vida,
ha cogido su pesado corazón
y
lentamente
penosamente
solo entre el cielo y la tierra
en la noche atroz
loco
loco de amor
ha levantado su Vida
ha levantado el pecado del mundo
hasta el borde de sus labios
y, en un grito,
lo ha entregado lodo:
«Padre, en tus manos encomiendo

Cristo acaba de morir por nosotros.
Señor, ayúdame a morir por Ti.
Ayúdame a morir por ellos.