Lectura orante del Evangelio del Sábado de la Semana 30 del Tiempo Ordinario: Lucas 14,1.7-11


Ven, Espíritu, en unción

Ven, Espíritu, en unción,
al escuchar mi clamor;
inúndame con tu amor
inspirando mi oración:
¡que salga del corazón!,
y que para hacerlo se abra
por la acción de la Palabra
de Dios que es penetrante;
ese instrumento cortante
que puede hacerme una labra.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 14,1.7-11: Un sábado, sucedió que, habiendo ido Jesús a casa de uno de los jefes de los fariseos para comer, ellos le estaban observando. Notando cómo los invitados elegían los primeros puestos, les dijo una parábola: «Cuando seas convidado por alguien a una boda, no te pongas en el primer puesto, no sea que haya sido convidado por él otro más distinguido que tú, y viniendo el que os convidó a ti y a él, te diga: ‘Deja el sitio a éste’, y entonces vayas a ocupar avergonzado el último puesto. Al contrario, cuando seas convidado, vete a sentarte en el último puesto, de manera que, cuando venga el que te convidó, te diga: ‘Amigo, sube más arriba’. Y esto será un honor para ti delante de todos los que estén contigo a la mesa. Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado».

b) Contexto histórico y cultural

Jesús ha sido invitado a un banquete en casa de un fariseo, se encuentra en la boca del lobo ¡en medio de fariseos! El ambiente tiene de todo, menos tranquilidad; primero fue la controversia por haber sanado a un enfermo en ese sábado; ahora observa el afán de conseguir puestos de importancia en la mesa, lo cual aprovecha para dar una lección de humildad.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

El ego

¡Cuánto ultrajo con este ego
que únicamente busca brillo,
queriendo ser el mejor bombillo
aunque los otros queden ciegos!

Ofendo a Dios, a quien reniego,
pues la humildad la enseña Cristo,
que no vino a ser servido
y no quiso ser palaciego.

Falto al hermano que doblego,
también a aquel a quien humillo,
a quien trato como enemigo
sólo por querer ser yo primero.

Del banquete hazme camarero,
como esclavo de tus amigos;
así comeré del platillo
del festín del fin de los tiempos.

Amén.

3. Oración

Que sea yo el burrito

Señor, que sea yo el burrito
y no quiera ser jinete
aunque el trabajo sea fuerte;
porque tu ejemplo yo imito
cuando al hermano le sirvo
y, no, poniendo grillete.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A la humildad,
rehuyendo procurar principalía
estoy invitado hoy;
Gracias, Señor, por la lección;
la sencillez es mi acción,
con la ayuda de Dios.
Amén.