Lectura orante del Evangelio del Jueves de la Semana 30 del Tiempo Ordinario: Lucas 13,31-35


Orar con el Evangelio de Cristo

Ven Espíritu Santo en mi auxilio,
pues voy a orar con el Evangelio de Cristo;
con aquellas Palabras que Él nos dijo
en un tiempo, para todos los siglos;
para yo acogerlo cuento contigo,
no sólo entender, también vivirlo,
siendo transformado para ser testigo
sin temor, y capaz de difundirlo.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 13,31-35: En aquel tiempo, algunos fariseos se acercaron a Jesús y le dijeron: «Sal y vete de aquí, porque Herodes quiere matarte». Y Él les dijo: «Id a decir a ese zorro: ‘Yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana, y al tercer día soy consumado. Pero conviene que hoy y mañana y pasado siga adelante, porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén’.

¡Jerusalén, Jerusalén!, la que mata a los profetas y apedrea a los que le son enviados. ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina su nidada bajo las alas, y no habéis querido! Pues bien, se os va a dejar vuestra casa. Os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el día en que digáis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».

b) Contexto histórico y cultural

A punto de entrar en la fase final de su misión, Jesús siente la renuencia de los poderes terrenos en contra de sus esfuerzos: no le agrada a Herodes en Galilea, en tanto que los jerarcas religiosos de Jerusalén le oponen con tenacidad.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Como un pollito

Tuyo, de una nueva nidada,
yo quiero ser como un pollito,
un aprendiz, de los chiquitos,
que no sabe casi de nada;
y, cuando sale de tus alas
riesgosamente a lo proscrito,
atento acudes a mis gritos
y nuevamente me resguardas.

Amén.

3. Oración

Profeta

Es, la voz de un profeta,
un oráculo de ciencia
que taladra la conciencia;
aunque él no parezca asceta,
ponte a la escucha, respeta,
reflexiona y sé sensato,
pues no es propio su mandato,
es de lo alto proveniente;
y siempre te es conveniente
aunque hoy no te sea grato.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A acoger a Cristo en mi interior
estoy invitado hoy;
es mi acción:
¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Amén.