1. Lectura
a) Texto del día
Lucas 11,37-41: En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».
Lucas 11,37-41: En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo le rogó que fuera a comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa. Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había omitido las abluciones antes de comer. Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».
b) Contexto histórico y cultural
Los fariseos eran muy celosos con el cumplimiento de cada detalle de la ley y de toda prescripción ritual judía, por lo que se escandalizaban por el hecho de que Jesús, y por tanto sus discípulos, no prestara atención a ciertos detalles minúsculos externos.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Cuidado con una copa sucia
Cuidado con una copa sucia
que centelleante sea su exterior;
podría tener mugriento interior,
¡brillo por fuera, no da fiducia!;
porque su contenido se arruina,
no servirá por su mal sabor,
el ambiente lo inunda su hedor
y, a quien lo consume, contamina.
Por eso, primero purifica
lo que tú tienes en el corazón,
y actúa con la buena intención,
que Dios a tu corazón le indica.
Amén.
Cuidado con una copa sucia
que centelleante sea su exterior;
podría tener mugriento interior,
¡brillo por fuera, no da fiducia!;
porque su contenido se arruina,
no servirá por su mal sabor,
el ambiente lo inunda su hedor
y, a quien lo consume, contamina.
Por eso, primero purifica
lo que tú tienes en el corazón,
y actúa con la buena intención,
que Dios a tu corazón le indica.
Amén.
3. Oración
Graba en mí tus mandamientos
Graba en mí tus mandamientos, Señor,
no por escrito, por si ya no leo;
que tampoco sea algún video,
ni una lista para algún lector.
Que queden guardados en mi interior
y me hagan vivir lo que yo creo,
aunque nunca como un fariseo
sino como Tú lo pides, Señor.
Esas no son leyes de exhibición
para ostentarse como algún trofeo
ni se guardan dentro de un museo;
son para vivir desde el corazón.
Amén.
Graba en mí tus mandamientos, Señor,
no por escrito, por si ya no leo;
que tampoco sea algún video,
ni una lista para algún lector.
Que queden guardados en mi interior
y me hagan vivir lo que yo creo,
aunque nunca como un fariseo
sino como Tú lo pides, Señor.
Esas no son leyes de exhibición
para ostentarse como algún trofeo
ni se guardan dentro de un museo;
son para vivir desde el corazón.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
A la conversión interior se me invita hoy;
a actuar apegado a la fe cristiana,
con la misericordia del Padre
y la justicia divina;
es mi acción desde hoy,
con la ayuda de Dios.
Amén.
a actuar apegado a la fe cristiana,
con la misericordia del Padre
y la justicia divina;
es mi acción desde hoy,
con la ayuda de Dios.
Amén.