Lectura orante del Evangelio del Miércoles de la Semana 22 del Tiempo Ordinario: Lucas 4,38-44


Pedimos, Señor, la acción de tu Santo Espíritu en nosotros, para leer y orar con tu santa Palabra en este día. Que seamos iluminados para entender el mensaje que quieres transmitirnos y aplicarlo en la vida de cada uno de nosotros. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Lucas 4,38-44: En aquel tiempo, saliendo de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado». E iba predicando por las sinagogas de Judea.

b) Contexto histórico y cultural

Continuamos con la lectura del inicio del Evangelio según San Lucas. En el inicio de su vida pública, Jesús es todo acción, y aquí vemos un día típico: asiste a la sinagoga en el horario del culto, visita una familia que tiene un enfermo; al concluir el horario que define el descanso, cura otros enfermos y libera poseídos por el mal, de madrugada ora, y luego parte a la actividad misionera predicando en otros lugares. ¡Cuanta enseñanza para nosotros, dándonos un ejemplo para imitar en nuestro mandato misionero como bautizados que somos!

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Otro génesis

Otro génesis de acción;
y en este: liberación.

Aquello hoy se recrea;
cuando Dios todo lo crea,
modelo es de esta misión:
¡restaurar!; ¡la salvación!

Luz en la fase primera:
ahora, Jesús es lumbrera;

aguas, bautizo de unción:
Padre al Hijo, bendición;
y de una vez sale a escena
a anunciar la Nueva Buena.

Como, de hombre, creación:
discípulo a formación;
y en Eden: cuidó cosecha;
hoy la salud satisfecha.

Hoy yo te pido, Señor,
ser yo también portador,
¡génesis en ejecución!
de ésta, tu nueva creación.

Amén.

3. Oración

Restauración

Más que arreglo, restauración, Señor,
y es peor, frialdad, no fiebre ardiendo;
Tú eres el técnico, también doctor,
y, para servirte, te estoy pidiendo:
nuevos bríos y restaura el vigor.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

Imitar la acción de Jesús,
dejar atrás la pasividad y la pereza
es mi compromiso para el día de hoy
y tiene que ser un objetivo de siempre.
Amén.