Lectura orante del Evangelio del Domingo (Ciclo A) de la Semana 18 del Tiempo Ordinario: Mateo 14,13-21


Que tu Espíritu me auxilie

Que tu Espíritu me auxilie,
Señor, al orar tu Palabra,
para que mi mente se abra
y mi corazón se ablande;
que el llamado que me haces
lo responda sin tardanza,
con toda confianza,
porque el premio es bien grande.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Mateo 14,13-21: En aquel tiempo, cuando Jesús recibió la noticia de la muerte de Juan Bautista, se retiró de allí en una barca, aparte, a un lugar solitario. En cuanto lo supieron las gentes, salieron tras Él viniendo a pie de las ciudades. Al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos y curó a sus enfermos.

Al atardecer se le acercaron los discípulos diciendo: «El lugar está deshabitado, y la hora es ya pasada. Despide, pues, a la gente, para que vayan a los pueblos y se compren comida». Mas Jesús les dijo: «No tienen por qué marcharse; dadles vosotros de comer». Dícenle ellos: «No tenemos aquí más que cinco panes y dos peces». Él dijo: «Traédmelos acá».

Y ordenó a la gente reclinarse sobre la hierba; tomó luego los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición y, partiendo los panes, se los dio a los discípulos y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y recogieron de los trozos sobrantes doce canastos llenos. Y los que habían comido eran unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños.

b) Contexto histórico y cultural

La cruenta muerte del Bautista afecta emocionalmente a Jesús, quien está consciente de que la suya será más dolorosa; esto hace que se retire a meditar. Pero su misericordia por las necesidades de la muchedumbre que le siguió, interrumpe sus planes.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Cinco panes y dos peces

Cinco panes y dos peces,
el aporte de un muchacho;
no alcanzaba para tantos
pero dio y sobró con creces;
no fue magia, no fue suerte,
ni tampoco fue un acaso;
fue tan sólo el primer plato
de un delicioso banquete
el cual tiene un plato fuerte
que es la carne del Cordero.
Ya está puesto el caldero
y también ya tiene aceite,
pero aun no esta caliente
porque no ha llegado el tiempo.
No le cuezan a destiempo
porque ya su hora viene.

3. Oración

De tu festín quiero comer

De tu festín quiero comer;
no sólo pan y algo de pez,
Pan de vida, quiero esta vez;
ese que sana el padecer
cambiando, a un hoy, mi raro ayer;
porque es también medicamento,
además de santo alimento;
es íntima aproximación
a lo divino en comunión.
¡Es Sacrosanto Sacramento!

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A imitar la actitud de Jesús,
y apiadarme y compartir con los que no tienen,
se me invita en este día;
es mi acción, con la ayuda de Dios.
Amén.