Lectura orante del Evangelio del Martes de la Semana 21 del Tiempo Ordinario: Mateo 23,23-26


Señor, en este momento de oración con tu Palabra, que ahora iniciamos, pedimos el auxilio de tu Espíritu Santo en nosotros para interpretar rectamente el mensaje que en este día nos comunicas con el Evangelio de hoy, y recibirlo con un corazón dispuesto a convertirlo en acción en nuestra vida cotidiana. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Mateo 23,23-26: En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están llenos de rapiña y codicia! ¡Fariseo ciego, purifica primero por dentro la copa, para que también por fuera quede pura!».

b) Contexto histórico y cultural

Continúa Jesús en el Templo de Jerusalén pronunciando los "ayes" en contra de los fariseos y publicanos que tanto le han acosado, a pesar de la doble vida que llevan presumiendo pureza y conocimientos, pero haciendo todo lo contrario a lo que pregonan y dicen defender.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Cuidado con una copa sucia

Cuidado con una copa sucia
que centelleante sea su exterior;
podría tener mugriento interior,
¡brillo por fuera, no da fiducia!;

porque su contenido se arruina,
no servirá por su mal sabor,
el ambiente lo inunda su hedor
y, a quien lo consume, contamina.

Por eso, primero purifica
lo que tú tienes en el corazón,
y actúa con la buena intención,
que Dios a tu corazón le indica.

Amén.

3. Oración

Graba en mí tus mandamientos

Graba en mí tus mandamientos, Señor,
no por escrito, por si ya no leo;
que tampoco sea algún video,
ni una lista para algún lector.

Que queden guardados en mi interior
y me hagan vivir lo que yo creo,
aunque nunca como un fariseo
sino como Tú lo pides, Señor.

Esas no son leyes de exhibición
para ostentarse como algún trofeo
ni se guardan dentro de un museo;
son para vivir desde el corazón.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A la conversión interior se me invita hoy;
a actuar apegado a la fe cristiana,
con la misericordia del Padre
y la justicia divina;
es mi acción desde hoy,
con la ayuda de Dios.
Amén.