Lectura orante del Evangelio del Domingo (Ciclo A) de la Semana 13 del Tiempo Ordinario: Mateo 10,37-42


En este momento en que vamos a orar con tu Palabra, pedimos, Señor, una efusión de tu Espíritu Santo para que nos conduzca al recto conocimiento de lo que nos quieres transmitir con ella, y para que nos anime a convertir en obra lo que habremos de orar, Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Mateo 10,37-42: En aquel tiempo, dijo Jesús a sus Apóstoles: «El que ama a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a su hijo o a su hija más que a mí, no es digno de mí. El que no toma su cruz y me sigue detrás no es digno de mí. El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la encontrará.

Quien a vosotros recibe, a mí me recibe, y quien me recibe a mí, recibe a Aquel que me ha enviado. Quien reciba a un profeta por ser profeta, recompensa de profeta recibirá, y quien reciba a un justo por ser justo, recompensa de justo recibirá. Y todo aquel que dé de beber tan sólo un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños, por ser discípulo, os aseguro que no perderá su recompensa».

b) Contexto histórico y cultural

Después de intentar explicar, con escaso éxito, a sus discípulos el paralelismo entre su misión y la cruz, Jesús incluye a la gente en la exposición del tema; ahora la explicación es para todos; igual lo será la cruz; eje de la misión salvífica del Señor, e instrumento y vía de salvación para todos.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

A todos se nos da una cruz

A todos se nos da una cruz
que muchos tratan de eludir
pues no es fácil de admitir
ya que recuerda al ataúd.

Sufrimiento parece pus
que nadie quisiera sentir,
tampoco tener sobre sí,
ya que más bien es un tabú;

mas ¿cómo nos salvó Jesús?;
lo hizo con su propio sufrir;
su amor nos mostró al morir
sin que se extinguiera su luz.

Yo tengo que tomar mi cruz,
si a Cristo es que quiero seguir;
me tengo que negar a mí
y así alcanzaré su virtud.

Amén.

3. Oración

Oración de amor

Señor Jesús, Tú que trajiste amor
hasta el extremo de Tú mismo darte,
qué el Espíritu Santo, mutuo amor
tuyo y del Padre, nos impulse a amarte
y vivir tu Palabra que es amor.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

Amor real a Jesús,
que nos ha salvado en la cruz,
es a lo que se me invita hoy;
amar al amor que me ama,
otra no puede ser mi acción.
Gracias, Señor.
Amén.