Lectura orante del Evangelio del Martes de la Semana 11 del Tiempo Ordinario: Mateo 5,43-48


Pedimos, en este momento de oración con la Santa Palabra de Dios, la acción del Espíritu Santo sobre nosotros, para que podamos iluminarnos y entender ese tesoro que es el mensaje que nos trae cada día, y a la vez nos conduzca a convertirlo en vida. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Mateo 5,43-48: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: ‘Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo’. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial».

b) Contexto histórico y cultural

Continúa, Jesús, en el contexto del sermón de la montaña, impartiendo instrucciones a sus discípulos y a la multitud oyente sobre tópicos morales y comunitarios; en el pasaje de hoy, al referirse al amor al prójimo, extiende lo relativo a la actualización y verdadero significado de los mandamientos entregados por Dios a Moisés.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Si sólo amara al que es mi amigo

Si sólo amara al que es mi amigo,
muy sucinta sería una lista
de amados, y hasta exclusivista;
truncado amor, sólo postigo.

Porque sería comercialismo,
expresión de esencia egoísta,
que el buen afecto sólo exista
con quienes me quieren lo mismo.

Si fuese alguien que me maldijo,
cuya compañía no resista,
sanemos el odio que dista,
pues, de Dios, él es también hijo.

A todos ha pedido Cristo:
comportamientos altruistas,
ser perfectos, limar aristas;
si lo hago, el Reino conquisto.

Amén.

3. Oración

Ayúdame ¡oh Dios!
a perdonar,
a reconciliarme;
y a amar a todos.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A orar por aquellos
con quienes no llevo
una relación armoniosa,
se me invita en el día de hoy.
Así lo haré, con la ayuda de Dios.
Amén.