Lectura orante del Evangelio del Jueves de la Semana 7 del Tiempo Ordinario: Marcos 9,41-50


La acción de tu Espíritu Santo pedimos, Señor, para que abra nuestro entendimiento en este momento en que oraremos con tu Santa Palabra; también para que nos impulse a vivir lo que habremos de orar. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Marcos 9,41-50: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Todo aquel que os dé de beber un vaso de agua por el hecho de que sois de Cristo, os aseguro que no perderá su recompensa. Y al que escandalice a uno de estos pequeños que creen, mejor le es que le pongan al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y que le echen al mar. Y si tu mano te es ocasión de pecado, córtatela. Más vale que entres manco en la Vida que, con las dos manos, ir a la gehenna, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te es ocasión de pecado, córtatelo. Más vale que entres cojo en la Vida que, con los dos pies, ser arrojado a la gehenna. Y si tu ojo te es ocasión de pecado, sácatelo. Más vale que entres con un solo ojo en el Reino de Dios que, con los dos ojos, ser arrojado a la gehenna, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga; pues todos han de ser salados con fuego. Buena es la sal; mas si la sal se vuelve insípida, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros y tened paz unos con otros».

b) Contexto histórico y cultural

Después de haber reprendido a sus discípulos, por distraerse en discutir sobre quien era más importante entre ellos, invitándoles a hacerse como niños, Jesús continúa su enseñanza y les invita a suprimir en ellos lo que pudiese apartarles de la misión que les habría de encomendar.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Quien abusa del pequeño

Quien abusa del pequeño,
un débil o vulnerable,
y en actitud despreciable
maltrata o troncha su sueño,
a Dios, del pequeñín, dueño,
tendrá que rendirle cuenta
pues hará suya esa afrenta.
Conduce, Señor, mi pié
sin tropiezos, sólo fe;
y que, como Tú, yo sienta.

Amén.

3. Oración

Que la sal de mi vida
no se haga insípida, Señor;
que no apaguen mis actitudes
el Espíritu Santo que habita en mi;
que pueda ver en todos mis hermanos
a un pequeño de Dios que necesita amor.
Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A colaborar con los misioneros,
esos pequeños que anuncian a Jesús,
me siento invitado en el día de hoy;
ayúdame, Señor, a cumplir esa meta.
Amén.