Oh Madre de inmensa piedad

(De "Imitación de María" atribuido a Tomás de Kempis)
Oh Madre de inmensa piedad, de grandísima misericordia y caridad;
Virgen incomparable, amable y venerable para todos;
Madre singular del Hijo de Dios, que nació de ti,
como también Madre universal de todos los cristianos
y Madre particular y especial
en relación con el grado de devoción que abrigamos hacia ti;
Virgen Reina del mundo y Señora de los ángeles,
atráeme a ti, para que no permanezca bajo el peso de mis pecados.
Distribuye la gracia, salvífico rocío del cielo, de la que eres Medianera,
a fin de que yo merezca experimentar
que eres la Madre de la gracia y la fuente de la misericordia.