Me acuso

(Expresión del Cardenal Bergoglio en "Sobre la acusación a sí mismo")
Quien se acusa a sí mismo deja lugar a la misericordia de Dios;
es como el publicano que no osa levantar sus ojos (cf Lc 18,13).
Quien sabe de acusarse a sí mismo
es un hombre que siempre se acercará bien a los demás,
como el buen samaritano,
y –en este acercamiento– el mismo Cristo
realizará el acceso al hermano.