Seis son las cosas que pueden intervenir en el ejercicio de la oración:
Antes de entrar en la oración es necesario aparejar el corazón para este santo ejercicio
que es como quien templa la vihuela para tañer;
después se sigue la lectura,
y luego la meditación;
y después de ésta puede seguir la acción de gracias por los beneficios recibidos;
y luego el ofrecimiento de toda nuestra vida;
la última parte es la petición.