Al estudiar

Oración de Santo Tomás de Aquino (1225-1274)
¡Oh inefable Creador nuestro que con los tesoros de tu Sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles
y las colocaste con orden admirable en el empíreo cielo,
y distribuiste las partes de todo el universo con suma elegancia!:
Tú Señor, que eres la verdadera fuente de luz y de sabiduría, y el soberano principio de todo,
dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento el rayo de tu claridad,
removiendo de mí las dos clases de tinieblas en que he nacido, el pecado y la ignorancia.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los infantes,
instruye mi lengua y difunde en mis labios la gracia de tu bendición.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender,
sutileza para interpretar, gracia y abundancia para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar, y perfección al acabar.
¡Oh Señor!, que vives y reinas, verdadero Dios y Hombre por los siglos de los siglos.
Amén.