Clame Miguel, el poderoso príncipe:
«¿Quién como tú, mi Dios, Jesús humilde?
Al pecado de los hombres descendiste
Y hoy el Padre te signa y te bendice».
En la hora en que Cristo resucita
Dice Gabriel, el que anunció a María:
«¡Exulta, Iglesia, virgen afligida,
el Santo vencedor es tu Mesías!
Nadie podrá dar muerte a tu alegría».
En la hora en que Cristo resucita,
Proclama Rafael, el peregrino:
«¡Glorificad conmigo a aquel que dijo:
Yo soy la luz del mundo y el camino!
¡Bendecidle, que el viaje está cumplido!»
En la hora en que Cristo resucita,
Se ha tendido la escala misteriosa
Y el coro de los ángeles le adora:
«¡Somos Señor, los siervos de tu gloria,
cielos y tierra cantemos tu victoria!». Amén