Ven, Padre de las luces,
Ven Dios de Caridad,
da forma a mi plegaria,
muéstrame la verdad,
haz descender a mi alma
una brasa de tu fuego
que la consuma por dentro
y la llene de Dios.
Ven, Santo Espíritu, que moldeas
a los mártires, a los confesores,
los apóstoles y los profetas;
a los grandes héroes y a los grandes corazones.
Sólo tu conducción
mi Salvador siguió;
para que yo lo imite,
condúceme como a él.