Di a Dios: ¡Busco tu rostro!
¡Señor, anhelo ver tu rostro!
Y ahora, Señor, mi Dios,
enseña a mi corazón
dónde y cómo encontrarte...
Deseando te buscaré,
buscando te desearé,
amando te hallaré
y hallándote te amaré.
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