Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.
Himno:
Acuérdate de Jesucristo,
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él,
si con él sufrimos, reinaremos con él.
En él nuestras penas, en él nuestro gozo;
en él la esperanza, en él nuestro amor.
En él toda gracia, en él nuestra paz;
en él nuestra gloria, en él la salvación.
resucitado de entre los muertos.
Él es nuestra salvación,
nuestra gloria para siempre.
Si con él morimos, viviremos con él,
si con él sufrimos, reinaremos con él.
En él nuestras penas, en él nuestro gozo;
en él la esperanza, en él nuestro amor.
En él toda gracia, en él nuestra paz;
en él nuestra gloria, en él la salvación.
Salmodia:
Antífona 1: De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Salmo 112. Alabado sea el nombre del Señor
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 1: De la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.
Antífona 2: Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Salmo 115. Acción de gracias en el templo
Tenía fe, aun cuando dije:
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
«¡Qué desgraciado soy!»
Yo decía en mi apuro:
«Los hombres son unos mentirosos.»
¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo.
Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
siervo tuyo, hijo de tu esclava:
rompiste mis cadenas.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos
en presencia de todo el pueblo,
en el atrio de la casa del Señor,
en medio de ti, Jerusalén.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 2: Alzaré la copa de la salvación, invocando el nombre del Señor.
Antífona 3: El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.
Cántico de Filipenses 2, 6-11. Cristo, Siervo de Dios, en su misterio pascual
Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.
Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona 3: El Señor Jesús se rebajó, y por eso Dios lo levantó por los siglos de los siglos.
Lectura breve: Carta a los Hebreos 13, 20-21
Que el Dios de la paz, que hizo subir de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas, nuestro Señor Jesús, en virtud de la sangre de la alianza eterna, os ponga a punto en todo bien, para que cumpláis su voluntad. Él realizará en vosotros lo que es de su agrado, por medio de Jesucristo; a él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Responsorio breve:
V. Cuántas son Tus obras, Señor.
R. Cuántas son Tus obras, Señor.
V. Y todas las hiciste con sabiduría.
R. Tus obras, Señor.
V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R. Cuántas son Tus obras, Señor.
Cántico Evangélico (Magníficat):
Antífona (dependiendo del domingo del tiempo ordinario, se enuncia una de las siguientes):
3er. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: Jesús proclamaba el Evangelio del reino y curaba las enfermedades del pueblo.
Ciclo B: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios», dice el Señor.
Ciclo C: Jesús entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura del libro del Profeta.
7mo. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: «Rezad por los que os persiguen, así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo», dice el Señor.
Ciclo B: Llevaron a Jesús un paralítico; viendo la fe que tenían, dijo: «Hijo, tus pecados quedan perdonados.»
Ciclo C: A los que me escucháis os digo: «Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian.»
11er. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: Jesús, al ver a las gentes se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Ciclo B: Jesús anunciaba el reino de Dios con muchas parábolas.
Ciclo C: Una mujer pecadora se puso a regar los pies de Jesús con sus lágrimas y se los ungía con perfume.
15to. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: Jesús subió a una barca y habló mucho rato en parábolas a la gente que había acudido a él.
Ciclo B: Jesús llamó a los Doce y los fue enviando de dos en dos a predicar la conversión.
Ciclo C: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la ley?» Jesús le dijo: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón.» Aleluya.
19no. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: Jesús subió al monte a solas para orar y, llegada la noche, estaba allí solo.
Ciclo B: Con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el monte de Dios.
Ciclo C: Estad en vela, como los que aguardan a que su Señor vuelva de la boda.
23er. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano.
Ciclo B: Los oídos del sordo se abrirán y la lengua del mudo cantará: Dios viene en persona y os salvará. Aleluya.
Ciclo C: Señor, ¿quién conocerá tu designio, si tú no le das la sabiduría, enviando tu Santo Espíritu desde el cielo?
27mo. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: La viña del Señor de los ejércitos es la casa de Israel. Aleluya.
Ciclo B: El hombre se unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne. Éste es un gran misterio: y yo lo refiero a Cristo y a la Iglesia.
Ciclo C: El injusto tiene el alma hinchada, pero el justo vivirá por su fe.
31er. Domingo Tiempo Ordinario:
Ciclo A: El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Ciclo B: El Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Las palabras que hoy te digo quedarán en tu memoria.
Ciclo C: Tú, Señor, amas a todos los seres y no odias nada de lo que has hecho, para que se conviertan y crean en ti, Dios nuestro.
Magníficat:
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia,
como lo había prometido a nuestros padres,
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo;
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
(Se repite la antífona correspondiente)
Preces:
Recordando la bondad de Cristo, que se compadeció del pueblo hambriento y obró en favor suyo los prodigios de su amor, digámosle con fe:
Muéstranos, Señor, tu amor.
Reconocemos, Señor, que todos los beneficios que hoy hemos recibido proceden de tu bondad;
-haz que no tornen a ti vacíos, sino que den fruto, con un corazón noble de nuestra parte.
Oh Cristo, luz y salvación de todos los pueblos, protege a los que dan testimonio de ti en el mundo,
-y enciende en ellos el fuego de tu Espíritu.
Haz, Señor, que todos los hombres respeten la dignidad de sus hermanos,
-y que todos juntos edifiquemos un mundo cada vez más humano.
A ti, que eres el médico de las almas y de los cuerpos,
-te pedimos que alivies a los enfermos y des la paz a los agonizantes, visitándolos con tu bondad.
Dígnate agregar a los difuntos al número de tus elegidos,
-cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Padre nuestro...
Oración (dependiendo del domingo del tiempo ordinario, se enuncia una de las siguientes):
3er. Domingo Tiempo Ordinario:
Dios todopoderoso y eterno, ayúdanos a llevar una vida según tu voluntad, para que podamos dar en abundancia frutos de buenas obras en nombre de tu Hijo predilecto. Él que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
7mo. Domingo Tiempo Ordinario:
Dios todopoderoso y eterno, concede a tu pueblo que la meditación asidua de tu doctrina le enseñe a cumplir, de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
11er. Domingo Tiempo Ordinario:
Oh Dios, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas y, pues el hombre es frágil y sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
15to. Domingo Tiempo Ordinario:
Oh Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados para que puedan volver al buen camino, concede a todos los cristianos rechazar lo que es indigno de este nombre y cumplir cuanto en él se significa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
19no. Domingo Tiempo Ordinario:
Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
23er. Domingo Tiempo Ordinario:
Señor, tú que te has dignado redimirnos y has querido hacernos hijos tuyos, míranos siempre con amor de Padre y haz que cuantos creemos en Cristo, tu Hijo, alcancemos la libertad verdadera y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
27mo. Domingo Tiempo Ordinario:
Dios todopoderoso y eterno, que con amor generoso desbordas los méritos y deseos de los que te suplican, derrama sobre nosotros tu misericordia, para que libres nuestra conciencia de toda inquietud y nos concedas aun aquello que no nos atrevemos a pedir. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
31er. Domingo Tiempo Ordinario:
Señor de poder y de misericordia, que has querido hacer digno y agradable por favor tuyo el servicio de tus fieles, concédenos caminar sin tropiezos hacia los bienes que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.