Liturgia en la tierra
dirigida al cielo,
ritual en el suelo
que a anhelo se aferra.
grandeza se invoca,
tiene que ser fina
porque desafina
si, belleza, hay poca;
corazón sencillo,
ministro que aploma,
armonioso brillo,
sutil el aroma
y voces sin grillo:
¡Dios mismo se asoma!
Amén.