Un Papá que es Mamá

(1 Juan 3,1a: ¡Miren cómo nos amó el Padre! Quiso que nos llamáramos hijos de Dios, y nosotros lo somos realmente)
Un Papá que es Mamá
que, hasta diría, pare y multiplica
pues la vida Él la da.
A su cría se dedica,
mima, y su cariño comunica;

y al enseñarle a hablar,
"te quiero" es la primera lección;
en tanto que amar
es tarea de acción;
la segunda enseñanza es el perdón;

también es protector
sin esperar a escuchar de ella el grito.
Es mi Dios que es amor;
un cercano infinito
a quien llamo hoy: Abba, Padre, Papito.