¡Sagrado Corazón!

(Romanos 5,8: Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores)
En punzante aflicción,
sin rehuir el dolor
me mostraste tu amor;
¡Sagrado Corazón!

Una inversa oblación
con que al mundo bendijo:
Dios nos dona su Hijo
para la salvación;

es amor sin medida
dado hasta el extremo;
sufriendo el Supremo
con una honda herida;

cuando clavan la lanza
y la sangre ya brota;
el dolor se le nota,
y mal cree que avanza;

pero, fue una simiente,
la sangre vertida,
para una nueva vida
en que Cristo es la fuente.

Sin un estetoscopio,
sus latidos escucho:
"Dios te ama mucho"
y hoy de ellos me apropio.

En punzante aflicción,
sin rehuir el dolor
me mostraste tu amor;
¡Sagrado Corazón!