En punzante aflicción,
sin rehuir el dolor
me mostraste tu amor;
¡Sagrado Corazón!
Una inversa oblación
con que al mundo bendijo:
Dios nos dona su Hijo
para la salvación;
es amor sin medida
dado hasta el extremo;
sufriendo el Supremo
con una honda herida;
cuando clavan la lanza
y la sangre ya brota;
el dolor se le nota,
y mal cree que avanza;
pero, fue una simiente,
la sangre vertida,
para una nueva vida
en que Cristo es la fuente.
Sin un estetoscopio,
sus latidos escucho:
"Dios te ama mucho"
y hoy de ellos me apropio.
En punzante aflicción,
pero, fue una simiente,
la sangre vertida,
para una nueva vida
en que Cristo es la fuente.
Sin un estetoscopio,
sus latidos escucho:
"Dios te ama mucho"
y hoy de ellos me apropio.
En punzante aflicción,
sin rehuir el dolor
me mostraste tu amor;
¡Sagrado Corazón!