Pedro y Pablo

(Mateo 16,18: Y yo te digo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella)
Ellos, Pedro y Pablo,
dos hombres de esfuerzos
quienes en comienzos
ninguno era santo.

Tuvieron sus fallos:
a Cristo negaron,
pero luego ambos
dieron el gran paso;

y de sus contrarios
sufrieron embates;
ahora, en los altares,
santos adecuados;

hoy son por encargo
uno de ellos roca,
y otro pluma y boca,
del mundo cristiano.