¡Defiéndeme defensor!

(Juan 16,2: Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios)
Bien alta es la recompensa:
¡es el Reino allá en el Cielo!;
pero en la vía hay desconsuelo
por la oposición intensa;
nos faltaba la defensa
y nos dieron defensor:
el Paráclito Señor,
Espíritu de verdad
que ayuda contra maldad.
¡Defiéndeme defensor!

Amén.