(Juan 3,16: Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna)
ser instrumentos de horror y dolor;
con fama fatal: muerte y maldición;
pretenden matar, de vida, al autor.
El Hijo de Dios dado en oblación,
muestra inequívoca de gran amor,
crucificado, hace bendición,
lo que antes era gran miedo y horror.