(Juan 12,48: El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día)
Creo en ti, Señor Jesús,
del Padre, tienes la esencia,
con quien compartes el habla
y misma naturaleza;
Verbo antes de todo tiempo
que disipa las tinieblas;
Palabra actuante del Padre
en el cielo y en la tierra.
Sin asomo de la duda
es profunda mi creencia:
tanto nos ama tu Padre
que asumiste la pobreza,
rescatando lo perdido
y pagando por mis deudas.
Me hablaste con tus hechos
tu ejemplo aún resuena,
y tus dichos de palabras
tu camino hoy me muestran;
opción propia, a nadie obliga,
aunque a todos es oferta:
el que te oye se va arriba,
quien no te oye se condena.
¿Cómo no escuchar la voz
que me trae la vida eterna?
del Padre, tienes la esencia,
con quien compartes el habla
y misma naturaleza;
Verbo antes de todo tiempo
que disipa las tinieblas;
Palabra actuante del Padre
en el cielo y en la tierra.
Sin asomo de la duda
es profunda mi creencia:
tanto nos ama tu Padre
que asumiste la pobreza,
rescatando lo perdido
y pagando por mis deudas.
Me hablaste con tus hechos
tu ejemplo aún resuena,
y tus dichos de palabras
tu camino hoy me muestran;
opción propia, a nadie obliga,
aunque a todos es oferta:
el que te oye se va arriba,
quien no te oye se condena.
¿Cómo no escuchar la voz
que me trae la vida eterna?
Amén.