Sólo soy el siervo

(Juan 13,16: Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía)
Sólo soy el siervo,
y Tú eres el amo;
mis pies has lavado,
Señor, no lo entiendo.
De mí, eres el dueño,
y yo soy tu esclavo;
tu amor es tan claro,
tampoco comprendo;
¿que siga tu ejemplo?,
¡tengo que imitarlo!;
para realizarlo,
tu ayuda requiero.

Amén.