Mirada tierna

(Lucas 22,61: El Señor, dándose vuelta, miró a Pedro. Este recordó las palabras que el Señor le había dicho: «Hoy, antes que cante el gallo, me habrás negado tres veces»)
Con esa mirada tierna
que, al negarte, a Pedro diste,
así al volver me recibes
aún te haya causado pena;
por mí, estás a la espera,
para sanar las heridas
que cada día mis caídas,
tu sangre, de nuevo vierten;
por eso regreso a verte,
¡oh, Sacramento de vida!