(Lucas 4,29: y, levantándose, lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo)
Si no nos reciben en casa,
iremos adonde el vecino;
porque este mensaje divino,
es a todo el mundo que alcanza.
No es sólo un asunto de patria
ni únicamente para amigos;
nos convertimos en mezquinos
si nos limitamos a razas.
Vamos a propagar la brasa,
anunciemos por los caminos,
aquel incipiente rabino
que los de su pueblo rechazan
y que ellos creen que fracasa,
es el profetizado Cristo,
del Omnipotente, el Hijo,
que nos ha traído la gracia.
Amén.