(Lucas 21,19: Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas)
en ti, porque eres mi Señor,
y, además de mi protector,
eres mi amigo en quien confiar;
y que no me deje abrumar
cuando haya persecución,
tampoco por desilusión
de quien te pueda traicionar;
y que yo pueda continuar
tras de ti hasta la salvación.
Amén.
Amén.