A solas con mi alma

(Del español Antonio Murciano)
Hoy me siento otro hombre. Me parece
que yo he cambiado y no ha cambiado nada:
el árbol sigue allí, bajo las aves,
y a horcajadas el puente sobre el agua.
Hoy es un día, un miércoles cualquiera,
un día más de viento por las parvas,
de sol doblado contra el horizonte,
de estarme solo a solas con mi alma.
Hoy sí que siento a Dios. Me va subiendo
por el pecho un ola de esperanza,
que sube de los labios a la frente
y de la frente a las estrellas altas.
¡Otro día perdido!... La conciencia,
con su voz de metal, me lo gritaba.
Con esto de soñar, como yo digo,
tengo en la tierra, a medio hacer, mi casa.
Pero hoy no sueño. (O sí.) Me va creciendo
por el pecho la limpia luz del alba.
Creerse junto a Dios ¿no es ya bastante
para justificar una jornada?