¿Dónde por tierras extrañas,
Virgen con tanto fervor?
-Dónde me lleva el Señor
que yo llevo en mis entrañas.
-¿Cómo es posible llevar,
Virgen, al que os lleva a vos?
-Como el que me lleva es Dios,
que ha querido en mí encarnar.
-Pues ¿cómo por las montañas
lleváis a tan gran Señor?
-Mas, lo lleva el grande amor
que lo trajo a mis entrañas.
-Parece en vos cosa nueva,
Virgen, ir apresurada.
-Hácelo el ir abrasada
del amor del que me lleva.
-Pues ¿luego a tierras extrañas
os lleva sólo el amor?
-No, que todo es del Señor
que yo llevo en mis entrañas.
-Ya sé que os lleva el doncel;
mas ¿dónde vais a aportar?
-Voy con Él a visitar
a mi parienta Isabel.
-¡Oh, qué cosas tan extrañas,
que al siervo sirva el Señor!
-Esto y mas hace el amor
del que llevo en mis entrañas.