Lectura orante del Evangelio del Domingo (Ciclo B) de la Semana 5 de Pascua: Juan 15,1-8


Que tu Espíritu Santo nos asista, Señor, en este tiempo que dedicaremos a la oración con tu Palabra; que nuestras mentes sean iluminadas con su luz esclarecedora, para captar el correcto sentido del mensaje de este día; y que nuestros corazones se ablanden para acogerlo y disponernos activamente a convertirlo en acción en nuestra vida diaria. Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Juan 15,1-8: En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».

b) Contexto histórico y cultural

En su extenso discurso de despedida, dirigido a sus discípulos, que es a la vez instructivo y motivacional, el Señor utiliza las figuras de la vid, el sarmiento y el viñador, en el lenguaje parabólico que tan bien maneja, para exhortar a quienes ha estado en su compañía a permanecer en él y a no disgregarse inútilmente; es un mensaje válido para los cristianos de todos los tiempos.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

De tu vid quiero ser sarmiento

Señor, de tu vid quiero ser sarmiento
que reciba de la savia jugosa,
que da a cada uva santidad sabrosa
y en racimos que, poco sería, un ciento.

¡Oh viñador!; a todo tan atento:
a hojas secas, la oportuna poda;
pronto viene, restaura y acomoda
a los sarmientos que combate el viento.
La unión contigo es el ligamento
que garantiza la vendimia toda.

Amén.

3. Oración

Sarmiento

Tu Palabra, en transfusión,
como savia de la vid
al sarmiento sea el quid
para mantener pasión
y dar fruto en conversión.
Ven viñador haz tu injerto,
conviérteme en un sarmiento,
a tu vid, muy bien unido;
de corazón te lo pido
pues suelto no me alimento.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A permanecer en Cristo,
a pedir en su nombre,
estoy invitado en este día;
esa es mi acción,
a cumplirla con la ayuda de Dios.
Amén.