Lectura orante del Evangelio del Domingo (Ciclo B) de la Semana 4 de Pascua: Juan 10,11-18


Con tu Palabra queremos orar

Con tu Palabra queremos orar
y pedimos, Señor, entendimiento,
y danos también el discernimiento
de cuanto quieres Tú comunicar;
envíanos tu Espíritu a obrar
renovándonos con su suave viento,
infundiéndonos el conocimiento
para tener nueva forma de actuar.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Juan 10,11-18: En aquel tiempo, Jesús habló así: «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre».

b) Contexto histórico y cultural

La oveja es un animal doméstico, que necesita de cuidado y protección ante los posibles depredadores; de ahí que las imágenes del rebaño y del pastor son profusamente usadas en el lenguaje bíblico para representar la relación de dependencia respecto a Dios; por eso en los textos que son leídos en el Evangelio del Cuarto Domingo de Pascua, Jesús aparece como el Buen Pastor, sea como Pastor propiamente dicho, como puerta segura al redil, o como dulce voz a ser reconocida por las ovejas.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

Buen Pastor

Señor Jesús, Buen Pastor
que mueres por tus ovejas,
sin protección no me dejas
cuando viene el salteador.

Al redil de salvación,
me dices que eres la puerta;
de las falsas, haya alerta,
pues llevan donde el ladrón.

Al oír tu afable voz,
seguirte es la ruta cierta
que evita la vía muerta,
la del destino atroz.

Pero oveja inquieta aún soy,
hasta se diría traviesa,
desobediente que pesa;
Pastor ven guíame hoy.

Amén.

3. Oración

Soy de tus ovejas

Soy de tus ovejas,
Pastor, dame pasto;
condúzcame al prado
tu fiable defensa.

Peligro me acecha:
el malo nefasto
me quiere en el plato.
Pero no lo aceptas:
¡vigilia perfecta
si estás a mi lado!

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A seguir a Jesús,
el buen Pastor,
oyendo su voz,
estoy llamado en este día;
esa es mi acción,
con la ayuda de Dios.
Amén.