Lectura orante del Evangelio de la Fiesta del Bautismo del Señor (Ciclo B): Marcos 1,7-11


El Espíritu del Padre y del Hijo

El Espíritu del Padre y del Hijo
en este momento yo pido
para entender el sentido
de lo que hoy la Palabra ha dicho,
y que con un corazón convertido
convierta el mensaje en vivido.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Marcos 1,7-11: En aquel tiempo, predicaba Juan diciendo: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo». Y sucedió que por aquellos días vino Jesús desde Nazaret de Galilea, y fue bautizado por Juan en el Jordán. En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a Él. Y se oyó una voz que venía de los cielos: «Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco».

b) Contexto histórico y cultural

Luego de su niñez, Jesús acude a ser bautizado por Juan el Bautista, quien ha estado predicando un arrepentimiento porque los tiempos se han cumplido. La escena es una teofanía trinitaria, donde desciende el Espíritu Santo sobre el Hijo, en medio de las palabras de complacencia del Padre; es el inicio de la vida pública de Jesús.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

¡Se inicia quien da la vida!

En su Nombre se bautiza,
y llega a ser bautizado,
de Dios, el Hijo encarnado,
que una nueva etapa inicia.

Renuente estaba el Bautista
¿bautizar al que he anunciado?
se diría muy intrigado:
¡no merezco tanta dicha!
Cumplamos toda justicia,
dice el divino iniciado.

El Espíritu ha bajado,
el cielo abrió su cortina,
ángeles cantan con risa,
y el Padre de gozo ha hablado:
"Este es mi hijo amado".
¡Se inicia quien da la vida!

3. Oración

De tu Espíritu, un bautizo

De tu Espíritu, un bautizo,
con tu Padre en armonía,
sea yo, Señor, tu bujía,
un buen fuego y no un tizo,
que muestre qué tu mano hizo
y que al Cielo eres la vía.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A contemplar y valorar aquel momento del inicio de la vida pública de Jesús,
y a renovar mis propios compromisos bautismales,
se me invita en el día de hoy;
esa es mi acción,
con la ayuda de Dios.
Amén.