Lectura orante del Evangelio del Domingo (Ciclo B) de la Semana 1 de Adviento: Marcos 13,33-37


Ven Espíritu

Ven Espíritu Santo
e ilumina ahora nuestras mentes
pues de entendimiento eres fuente;
que nuestros corazones ablandados
reciban el mensaje dado
por el Evangelio a la gente,
y que lo aceptemos conscientes
de que así podremos ser salvados.

Amén.

1. Lectura

a) Texto del día

Marcos 13,33-37: En aquel tiempo, decía Jesús a sus discípulos: «Estad atentos y vigilad, porque ignoráis cuándo será el momento. Al igual que un hombre que se ausenta deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no sabéis cuándo viene el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche, o al cantar del gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!».

b) Contexto histórico y cultural

Los discípulos de Jesús se han admirado con la majestuosidad del Templo de Jerusalén; Jesús aprovecha la ocasión para hablarles del final del Templo, del final de Jerusalén y del final de los tiempos, exhortándoles a estar atentos.

2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)

¡Adviento!

¡Adviento! ¿Quién es que viene?
Aquel que ya una vez vino:
Jesús de origen divino,
justicia en sus manos tiene.

En una alerta consciente,
nada nos saque de quicio;
en preparación del juicio
el bien que sea permanente.

No es miedo a que nos condene;
es no perder al amigo
que trae salvación consigo
y a hacernos felices viene.

Amén.

3. Oración

Ansiedad

Esta ansiedad es por ti,
pero alerta, sin temor
aguardando tu amor
que ya viene hacia mí;

has prometido un festín,
Señor, y hambriento ya estoy;
ven pronto, Jesús, ven hoy,
a esta espera ponle fin.

Amén.

4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).

5. Acción

A la espera confiada en el Señor
se me invita en este día.
¡Ven pronto, ven hoy;
te esperamos, Señor!
Amén.