1. Lectura
a) Texto del día
Mateo 21,33-43: En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’.
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?». Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos. Y trataban de detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta.
Mateo 21,33-43: En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’.
Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: ‘Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia’. Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?». Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos».
Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos. Y trataban de detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta.
b) Contexto histórico y cultural
En la etapa final de su misión en la tierra, Jesús está enseñando en el Templo de Jerusalén a un nutrido grupo de seguidores y escuchas. Preocupados por esto, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo le acosan, a lo que él reacciona con la parábola de este pasaje.
2. Meditación (para leer lenta y pausadamente; deteniéndose a meditar y saborear cada palabra, cada verso y cada estrofa, relacionándolos con el Evangelio del día y con nuestra vida)
Nos arrendaste la viña
Nos arrendaste la viña,
tenemos que darte frutos;
si no tenemos ninguno,
mal usamos la campiña.
La cosecha será rica
si hemos sido bien astutos;
pero si fuimos muy brutos,
nos vas a quitar la finca.
El corazón es la quinta
y seguirte es el producto;
no buscarás substitutos,
cuando cambiemos de vida.
Que a esa muerte sufrida
con que Tú salvaste al mundo,
la conversión sea tributo
que te entreguemos con prisa.
Amén.
Nos arrendaste la viña,
tenemos que darte frutos;
si no tenemos ninguno,
mal usamos la campiña.
La cosecha será rica
si hemos sido bien astutos;
pero si fuimos muy brutos,
nos vas a quitar la finca.
El corazón es la quinta
y seguirte es el producto;
no buscarás substitutos,
cuando cambiemos de vida.
Que a esa muerte sufrida
con que Tú salvaste al mundo,
la conversión sea tributo
que te entreguemos con prisa.
Amén.
3. Oración
No hay mejor aspiración
No hay mejor aspiración
No hay mejor aspiración
que ayudarte en la viña
que quieres como una niña
y en que Tú eres el Patrón.
Hazme, pues, un labrador,
un cultivador de fruto
para el buen dueño absoluto
tu Padre, mi viñador.
Amén.
que ayudarte en la viña
que quieres como una niña
y en que Tú eres el Patrón.
Hazme, pues, un labrador,
un cultivador de fruto
para el buen dueño absoluto
tu Padre, mi viñador.
Amén.
4. Contemplación (en un profundo silencio interior nos abandonamos por unos minutos de un modo contemplativo en el amor del Padre y en la gracia del Hijo, permitiendo que el Espíritu Santo nos inunde. En resumen, intentamos prolongar en el tiempo este momento de paz en la presencia de Dios).
5. Acción
A trabajar en la viña de Dios,
mediante la conversión,
estoy invitado hoy.
Eso haré, con tu ayuda, Señor.
Amén.
mediante la conversión,
estoy invitado hoy.
Eso haré, con tu ayuda, Señor.
Amén.